Ya habían salido de clases y estaban sentados en una plaza al costado del colegio esperando a Oscar, mientras hablaba con algún profesor.
No sabía que era peor, los antiguos coqueteos infantiles o las demostraciones de amor incansables de los nuevos novios. Había pasado una semana completa tratando de ignorarlos pero cada vez se le hacía más difícil. Kate no se despegaba de Cris ni para ir al baño y Ana no encontraba oportunidad de contarle a su amiga lo que había ocurrido durante la última fiesta. Finalmente, perdió paciencia, convencida de que si seguían así jamás podría hablar otra vez con su mejor amiga. Rebuscó entre su bolso y sacó su billetera.
- Cris, ¿podrías ir a comprar unas bebidas y despegarte de Kate unos minutos? - Le entregó un billete - Quiero recordarte que aún sigo siendo la mejor amiga de Kate y también me gustaría pasar tiempo a solas con ella - Miró a su amiga y sabía que había sonado más brusco de lo que en verdad quería, pero aún así no le importó- ¿Alguna objeción?
Ambos la miraron y rieron en el instante. Kate se levantó de las piernas de Cris y este puso de pie.
- Ninguno, es toda tuya - Se marchó despacio sin antes dedicarle una breve mirada a la mayor - Ya vuelvo.
Cris ya estaba a una distancia suficiente para no oírlas y Kate se sentó junto a Ana.
- Eres más celosa que un chico - Dio tres palmaditas en la espalda de Ana.
- ¿ Ce...? ¿estás de... de broma? - La miró con ojos grandes - No son celos idiota, necesito contarte algo desde el viernes pero con Cris encima es imposible.
- Ok - Suspiro - ¿Qué pasa?
Le molestó un poco el suspiro final de su amiga, pero aún así sus ganas de desahogarse eran más fuertes. Se resignó y comenzó con su relato.
- Cuando tu y Cris se marcharon en la fiesta - Kate rió - No es sobre ustedes tonta - Hizo una pausa y continuó - Oscar tampoco volvía y... y bueno... Angel llegó.
- ¿A la fiesta? - Ahora si que estaba interesada.
- ¡¡A mi lado!! Se sentó conmigo y mmm ¿Cómo decirlo? - Mordió su labio - Hizo algo parecido a una acto de disculpa. Se quedó ahí y me hizo preguntas e intentó entablar una conversación. Fue extraño. Es en verdad insistente y él sabe que lo evito.
- Ana.
- ¿Si?
- Te lo dije. Coquetea con todas, además eres bonita, claro que lo haría.
Ana Sonrío. Su amiga la quería demasiado.
- Ya, pero claramente tampoco soy un bombon - se encogió de hombros - Bueno, la cosa importante es que mientras hablábamos llegó Oscar.... - Kate levantó una ceja - y cuando se presentaron, el estúpido le dijo a Ángel que era "mi amigo.... y amor platónico de toda la vida"
A Kate se le cayó la mandíbula.
- Oscar...
- Oscar es un idiota - Se detuvo unos instantes - ¿Lo dijo en serio?
- De que lo dijo, lo dijo. Ahora se largó a reír y dijo que era una broma - Dudó antes de continuar - ¿Sabes? Hay algo que no dejo de pensar - Kate asintió - ...A veces creo que en verdad lo sabe y que se esfuerza en ignorarlo, pero en otras ocasiones siento que... - Su cuerpo se hizo pequeño y sus mejillas mutaron a tonos rosas - coquetea conmigo.
Esperaba ver una expresión divertida o al menos escucharla reír, pero Kate estaba muda como pensando cuánta razón había en sus palabras. Pasaron unos segundos que le que parecieron una eternidad. Al final habló.
- Ok, lo que yo creo es que sí, es un idiota. Pero además, según mi teoría, - Ana se preparó para el bombardeo de palabras e información que se aproximaban que eran común en su amiga - al pequeñín le gustas o al menos le atraes, pero le avergüenza reconocer algo así. Para ser un jóven de 17 años esta bastante atrasado en su desarrollo a comparación con sus compañeros, o incluso que Cris, - sonrió - y tu por otro lado eres todo lo contrario. No es solo tu estatura. Tu tienes cuerpo de mujer, mucho más que yo y soy mayor que todos - hizo un puchero - Por lo tanto, no quiere que se burlen de él. Me imagino que el viernes cuando te vió con el chico más "popular del momento" - dibujó las comillas en el aire -. Se les escaparon los ¿celos? y no los pudo controlar. Decir que era una "broma" es una forma rápida y fácil de evadir el tema, así que recurrió a ello - Terminó con una expresión de triunfo dibujada en su rostro
《Sí claro. Cuerpo de mujer》
- ¡Ayyy me encanta! Es como una telenovela.
- ¡¿Qué telenovela Kate?! - pateó el suelo -. Pero aún así puede que tengas razón y ¿qué pasa con Angel?
- Ese es otro idiota, pero uno al que no puedes darle importancia. Es guapo y woow que lo es. De lo mejor que ha llegado a este pueblo, pero es un guapo que no conocemos, y por lo que se sabe de él, es un mujeriego.
- Ajá.
Kate miró por sobre el hombro de Ana y acomodó su postura.
- Vienen Cris y Oscar. ¿Quieres que los mande a comprar más bebidas? - Rió con complicidad mientras Ana enrojecía nuevamente.
- No, esta bien. Sigue con tu propia telenovela - Se burló.
- Ya - pareció no inmutarse - Que así sea.
Kate se levantó de un brinco y paso sus brazos por el cuello de Cris. Oscar los esquivo y los miró con cara de asco. Miró a Ana y ambos rieron calladamente.
En seguida todos se pusieron en marcha hacía el café Verona. Pasaron una tarde tranquila y sin sobresaltos para Ana. Eso le gustaba. La sencillez donde todo va de acuerdo a lo previsto, donde no hay sorpresas que puedan arruinarle el día.
Al volver a casa, se dió cuenta que aún le quedaban algunas horas libres antes de que Cris y sus padres regresaran. Se metió en la ducha para pasar el rato. Nunca le gusto estar sola. Su madre trabajaba en una panadería en el centro del pueblo y cerraban pasado las 19:00 hrs. y su padre ayudaba a sus tíos en un minimarket cerca de la tienda de su madre, por lo que siempre llegaban juntos.
Lo que menos le gustaba de estar sola era el silencio. Le aterraba llegar a escuchar ruidos extraños. Colocó en su portátil su lista de reproducción más alegre mientras se bañaba en cremas y productos para el cabello. Se metió en su pijama y decidió quedarse en su habitación hasta que los demás llegasen.
Una taza de café con leche mientras dibujaba en su croquera y olvidó que estaba sola hasta que su madre entró a su cuarto y la saludó con la mano en completo silencio para dejarla continuar.
Ana tenía computador, internet y una buena lista de series melodramáticas para ver, pero siempre prefería matar su tiempo libre dibujando algo. Era especialmente buena en retratos, pero nunca dibujaba a nadie de su entorno, porque no quedaba satisfecha con los resultados. Elegía su modelo ingresando algún nombre en google y la primera persona que saliera sería su modelo. Esa tarde tecleo Angel.
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